Ingredientes funcionales: un mercado en auge
En primer lugar, ¿qué son los ingredientes funcionales? Los ingredientes funcionales son aquellos que poseen un efecto beneficioso sobre una o varias funciones de nuestro organismo. Es decir, ingredientes que además de aportar sus nutrientes, pueden ayudar a mejorar nuestra salud.
Ingredientes funcionales como un plus de valor añadido
Los alimentos que proporcionan beneficios al organismo, ya sean clean label, reducidos en azúcares, o enriquecidos y fortificados, generan desde hace años una gran demanda en la industria alimentaria. Para su formulación, es necesaria la aplicación de ingredientes funcionales, que día a día van evolucionando gracias a las inversiones en innovación y tecnología alimentaria.
Estos ingredientes funcionales son capaces de aportar un valor añadido a los alimentos y bebidas y por tanto, satisfacer las actuales demandas del mercado.
El consumidor de hoy día es cada vez más consciente de que los alimentos que consume pueden producir efectos beneficiosos o perjudiciales para su organismo, lo que motiva sus hábitos de consumo y de compra. Ya no se conforma sólo con seguir una dieta adecuada que cubra sus necesidades básicas, sino que la nutrición ha adquirido un nuevo enfoque, más preventivo y terapéutico. Es decir, la nutrición pasa a ser una ‘potenciadora’ de la salud.
Perfil del consumidor
Los alimentos funcionales están adquiriendo un especial protagonismo en la actual cesta de la compra. Para la mayoría de los consumidores, el consumo de alimentos funcionales no es solo para grupos específicos de la población, como embarazadas, niños, personas mayores, intolerantes etc. Por el contrario, su consumo se ha extendido a la dieta diaria de todos los consumidores para compensa los desequilibrios que producen los nuevos estilos de vida, donde su ritmo acelerado y la falta de tiempo para poder cocinar impulsan al consumidor a cubrir sus necesidades de salud a través de alimentos funcionales.
Algunos datos
El 39% de los consumidores dice saber lo que son los alimentos funcionales, si bien, cuando explican de manera espontánea qué son para ellos, existe diversidad de opiniones en cuanto a lo que es considerado un alimento funcional: un 53% confía en los beneficios que aportan y un 56% de la población, tras mostrarles una definición de lo que es considerado un alimento funcional, tiene bastante o mucho interés por estos alimentos.
Un poco de historia
El concepto en sí de ‘alimento funcional’ fue creado en Japón en el año 1984, por científicos que estudiaban la relación entre la nutrición, satisfacción sensorial y fortificación como elementos para favorecer aspectos específicos para la salud. En Estados Unidos y en Europa se empiezan a introducir en los años 90 debido a los nuevos estilos de vida asociados a los hábitos laborales, al aumento del poder adquisitivo y a la creciente innovación en la industria alimentaria.
Evolución de los alimentos funcionales
Los primeros alimentos funcionales que veíamos en el mercado fueron aquellos formulados con ingredientes funcionales para luchar contra las grandes epidemias mundiales de la obesidad y la diabetes, reduciendo o eliminando azúcares, grasas o la sal. A éstos se sumaron los productos sin gluten, sin lactosa, sin alcohol, sin alérgenos o sin aditivos artificiales.
En el día de hoy, junto a esos tradicionales productos ‘free from’, son demandados cada vez más por la industria alimentaria los nuevos ingredientes para la formulación de alimentos plant-based destinados a dietas veganas y flexitarianas.
También son muy valorados los alimentos que son fuente de probióticos y prebióticos por sus efectos beneficiosos para la salud digestiva y el sistema inmunitario. Sin olvidar el gran auge de los alimentos y bebidas enriquecidos con proteínas, tanto para deportistas como para aquellos consumidores que realizan habitualmente ejercicio físico y necesitan un aporte extra en su dieta.
El ingrediente funcional por excelencia
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- Reducido en calorías
- 100% natural
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